“Por qué Dios no nos permite morirnos dos veces”
Auristela Contreras Seijas perdió a su hijo Jonathan José (26 años) en 2002.
Jonathan jugaba básquet. Si estuviese vivo creo que se hubiese dedicado al deporte profesional. Cuando lo mataron había conseguido la oportunidad de jugar con el equipo Cocodrilos de Caracas. A veces me pregunto por qué Dios no nos dio la oportunidad de morirnos dos veces. La primera para aprender y la segunda para cuidar mejor nuestra vida. Como si pudieras ver una rayita en la pared que te recordara lo que pasaste y en qué te equivocaste, para que uno cuidara más de su vida a partir de allí. Ya no me importa lo que le suceda a la persona que lo mató, porque eso no me va a devolver a mi hijo.
Fotografía: Gregorio Marrero